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El doodle de google de hoy va dedicado a una mujer: Emmy Noether, por el 133 aniversario de su nacimiento. En una muy breve definición, era mujer, matemática, judía. Se pueden  conocer más detalles de cómo era o de cómo fue su vida pero con sólo esas tres palabras ya es fácil deducir una vida difícil. Dice la gramática del español que los adjetivos concretan o especifican a un sustantivo pero, cuando el sustantivo es el de la definición, parece como si el propio sustantivo añadiera un matiz al adjetivo… agravándolo.

Y no es sólo cuestión gramatical.

La condición de mujer sigue siendo un agravante vital hasta en zonas y periodos de bonanza. Ni qué decir tiene lo que significa en la pobreza, en la guerra… Por eso iniciativas como la de Rafea y el Sol que nos contaba Carmen el miércoles pasado son grandes signos de cambio. El género gramatical en el que se enuncia su nombre deja de ser un agravante para convertirse en una opción mejor, en una garantía para el proyecto. También los microcréditos que permiten sobrevivir a muchas familias en la India y algún otro país en vías de desarrollo se otorgan a las mujeres, porque las garantías de que el dinero será bien empleado en dar un fruto que permitirá su devolución se consideran mayores cuando las receptoras son ellas.

Tan sólo hay que cambiar el matiz,  para que el sustantivo «mujer» deje de ser un agravante.

Es sólo eso, un pequeño cambio de matiz, pero cuesta tanto…